Semana Santa en la Ciudad I
No dejo de considerar que la Ciudad de Guatemala es un espacio intensamente complejo. Se han narrado muchas historias y descrito muchos mitos, que rodean esas acciones colectivas espontáneas, donde en mi opinión se genera cohesión espontánea y, porque no decirlo de esa forma, algo cercano a la hermandad.
Cargadores I
Durante la Semana Santa, se percibe el ejercicio de un tipo de espiritualidad entendida y comprendida desde enfoques religioso-dogmáticos, claramente conservadores. Si bien es cierto que tanto en estudios antiguos1 como contemporáneos2, se relaciona un uso de las estructuras institucionales religiosas para la dominación social (a lo que se suma una necesidad humana de pertenencia, gregarismo y sentido de participación e interacción con sus congéneres), puede agregarse que dentro de estos espacios también se potencian otro tipo de ejercicios humanos, que implican la comunicación, el reconocimiento y la afirmación colectiva de aspectos de la identidad.
Santo I.
Ejercicio religioso I.
La visión de estos espacios, por su puesto, está formulada con una carga redentora-apocalíptica, inspirada en los valores judeocristianos, que intentan convencer desde una perspectiva absolutista, que la verdad única sobre lo etéreo es la que se administra una institución humana, construida desde el idealismo (o la fatalidad) humana. También, no hay que negar el papel que realiza el Estado, durante los gobiernos liberlales, al entregar este evento a las Hermandades Católicas e iniciar una tradición que valida la estratificación social existente y que en extremo, en opinión personal, es un espectáculo lindo para observarse, pero nada más.
La Semana Santa es una de esas festividad que representa la oportunidad real de contacto e intercomunicación entre personas o residendentes de varios barrios, acostumbrados ahora a pocas posibilidades de interacción humana en lo público. El ejercicio del silencio o más bien, la prevalencia de un sistema cultural basado en éste, forma parte de las actitudes que se consideran bondadosas y que forman parte de los mandatos de la cosa cristiana.
Ejercicio religioso VI.
Ejercicio religioso VII.
El hecho escencial de tomar conciencia sobre el aporte a la propia memoria e identidad que configura nuestros imaginarios sociales se traduce en conocer de donde venimos, comprender que somos ahora y hacia donde vamos, como una medida tentativa a un proceso urgente de nombrarnos y darle nombre al mundo.
Siempre será prudente reflexionar sobre como abordamos estos hechos que los sistemas humanos nos hacen creer como necesarios (la religión es y será un elemento que configura el poder de un Estado).
Ejercicio religioso II
Ejercicio religioso III.
Venta loca.
A pesar de creer que estas situaciones de encuentro y reconocimiento al darse o crearse espontáneamente entre las personas, son aportes que, tanto o igual como la fe, son acciones urgentes contra nuestra pobreza interior, que fermenta supuestos.
La Semana Santa en todo caso, es ese tipo de eventos que es importante considerar al tomarnos el pulso: vale la pena reflexionar sobre aquellos enunciados que saben más a dogmas inquebrantables que a construcciones de realidad basadas en el reconocimiento y las narraciones humanas, pero que al final, su valor real radica en la oportunidad de contacto y, quizás, permitirnos celebrar la vida y sus hechos.
Ejercicio religioso IV.
Ejercicio religioso V.
1. Jean-Jacque Rousseau, por ejemplo, consideraba que existen acuerdos creados por la misma sociedad, los que se conforman en Leyes y Normativas. La Educación, en este caso, juega un papel trascendental, dada por la imitación o la conformación de instituciones encargadas de crear y dar a entender el sentido civilizatorio, propio de las culturas humanas.
2. Max Weber consideraba la religión, estructuralmente, como el mecanismo para el alcance de un tipo de poder: el económico, así también un medio poderoso para crear y transmitir ideas, símbolos, imagenes y signos, capaces de generar normativas y éticas colectivas. Michael Foucault, desde un abordaje al poder, analiza como las estructuras, para el caso las religiosas, han generado sistemas de control del individuo, que a través del impulso de imagenes y significados, formas de pensar y actuar, condicionan el tipo de relacionales entre congéneres.
Comentarios